Escuchando las formas que proponen los paisajes de las piedras, he ido explorando diversas texturas y formas en metales como la plata, el cobre y el bronce, cuya naturaleza y posibilidades descubro de manera autodidacta. Gracias a la itinerancia que he vivido desde 2003 en Centroamérica, he podido recopilar técnicas que intercambio con otros artesanos de diversos lugares del mundo, cuya herencia oral compruebo en la soledad de mi taller. El nomadismo muchas veces me encamina a ingeniar otros modos de construir una pieza de orfebrería por no poder cargar con toda la tecnología necesaria, lo cual me permite una mayor intimidad con mi potencial creativo.
El Puelche ("gente del este" en mapudungun) es un viento cálido pero intenso junto al cual crecí en el sur de Chile y que de alguna manera determina un modo de ser y una voz que sale desde las manos. Este es el trabajo que he ido exponiendo desde 2007 en ferias y calles de diferentes países de Latinoamérica, lo que me ha permitido conocer desde la acera el corazón de varios pueblos.